Te contaré una historia…
El éxito de tu negocio depende de tu preparación, determinación y también de tus decisiones para elegir aliados y socios.
Baby, me encanta que estés aquí buscando información para nutrirte y fortalecer tu acción de liderazgo. Sabes, quiero contarte una historia personal. Trata de cómo nació y murió mi primer negocio, y el mayor aprendizaje que me quedó sobre iniciar proyectos en sociedades.
En el año 2014, aún estando en la universidad, una amiga de infancia me propuso la idea de invertir en un negocio local, una heladería. La idea en su momento llamó mucho mi atención ya que al evaluar y poner los PRO y CONTRAS sobre papel, me di cuenta de que:
- El local para alquilar estaba rodeado de 2 centros educativos: un instituto y una universidad privada.
- Era a su vez una zona residencial céntrica, de fácil acceso.
- Los costos operativos de inversión eran accesibles, lo más costoso, era el equipo de refrigeración. Sin embargo, la adquisición de materia prima para la comercialización era en ese momento rentable gracias a las posibilidades de poder emprender como aliado de proveedores directos.
- La idea en nuestra mente era atractiva: una heladería para compartir entre amigos (el formato eran helados servidos). También incluir productos de papelería para estimular las visitas de los estudiantes al local.
- Por ser una zona residencial, para los no amantes de los helados, ofrecíamos variedad en postres.
- Para mí como estudiante y en lo personal, representaba la oportunidad de generar ingresos propios y organizar mi horario (la idea utópica de la libertad por la que todos nos dejamos llevar al principio).
- Cómo teníamos conocimientos en publicidad, diseño y mercadeo, logramos algunas cosas por intercambio y otras a un menor costo, como por ejemplo el registro comercial y la identidad de la marca.
Todo parecía increíble, ¿cierto? Voy a obviar las circunstancias políticas sociales de ese año en Venezuela… Ahora bien, vamos a la razón por la cual estamos aquí… ¿Adivina qué no hice?
Nunca pasó por mi cabeza meditar en frío qué tanto estaba yo o no preparada para iniciar ese camino, tampoco reflexioné sobre el perfil de la persona que me estaba proponiendo una idea de negocio. Éramos muy jóvenes y con poca experiencia.
Me deje llevar por la emoción, sin pensar qué valores teníamos en común esta persona y yo para crear un negocio juntas. Éramos amigas con personalidades muy distintas y estilos de vidas diferentes así que perfecto, tuvimos una idea genial, pero no sabíamos qué al lanzarnos en ese viaje cada una tendría maneras diferentes de conducir el avión.
Antes de llegar al año, ya habíamos fracasado. Me sentí perdida, sin dinero, y con deudas. ¡Muchas deudas! Y por supuesto: FRUSTRADA.
Después de esa experiencia me di cuenta de que en mí existía una pasión por los negocios, y que para hacerlo bien, debía prepararme para aprender a tomar mejores decisiones. Me dediqué entonces a terminar mi carrera de Publicidad y Relaciones Públicas, a adquirir experiencia en el área de servicio, atención al cliente y marketing digital.
Hay muchos mitos alrededor de crear sociedades, estos son algunos:
- ¡Mejor solo que mal acompañado!
- Los negocios entre familias o amigos no dan frutos.
- No tengas socios, búscate aliados.
- Si emprendes con una amiga o amigo la amistad se acabará.
- El dinero no tiene amigos.
¿Te han dado alguno de esos consejos? Estoy segura de que nacieron de personas que no llegaron muy lejos por falta de preparación, acuerdos, mentores y socios con una visión común.
Una Mile del año 2014 te diría uno de esos consejos, no muy alentadores; es más, te lo juraría en sangre. Sin embargo, la Mile que soy hoy te dirá que sí es posible hacer negocios con las personas de tu círculo, amigos o familiares, siempre y cuando exista una visión en común, inteligencia emocional, y mentores que te ayuden a surfear los tiempos difíciles.
¡Y sí, el dinero sí tiene amigos! El dinero es la suma de tus buenas y sanas relaciones.
La clave está en hacer una escala de valores comunes y buscar consejeros que puedan darte una perspectiva objetiva y que se conviertan en guías del proceso.
He escrito un segundo artículo donde te cuento el lado positivo de esta historia, puedes leerlo aquí, aprenderás 3 aspectos básicos para dirigir un negocio positivamente con un socio.
¡Deseo que sigas leyendo, para que encuentres mayor claridad!
Con amor, Mile💕.