Especial: Patrones Mentales
Hoy he decidido escribirte sobre cómo transformar patrones mentales limitantes para que no vivas tu vida (ni tus proyectos) como si de vestirte con una talla única se tratara. Recuerda que en la industria textil, la talla única es una medida que pretende que la misma prenda de ropa les quede a todos y lamento decirte mi estimada, que este mismo patrón, si no lo sabemos identificar, puede presentarse de otras formas en diversas áreas de la vida. ¡Así que veamos como identificar esos escenarios y salvarte de la talla única!
En el dulce y picante camino de la única vida que tenemos crecemos escuchando frases que nos empujan a repetir patrones conductuales simulados por el común denominador, como si vivir se tratara de vestirse todos los días con ropa de la misma talla del otro. Escuchamos cosas como que si estamos “gorditas” deberíamos adelgazar; que si estamos muy flacas, deberíamos aumentar un poco; o si ya pasamos los 25 y seguimos solteras, nos vemos bombardeadas por una escandalosa presión social sobre cómo conseguir pareja y lograr “la estabilidad”.
En lo personal siempre fui muy delgada hasta que inicié mi vida profesional, pues cuando comencé a experimentar altos niveles de estrés y me sentía ansiosa, optaba por mi única alternativa rápida: picotear comida. Podía estar 16 horas al día trabajando mientras comía cualquier carbohidrato o dulce que me diera sensación de energía y, aunque comer para inspirarme en el trabajo era delicioso, mi producción de cortisol hizo su eficiente labor de acumular grasa abdominal y por supuesto en otras áreas de mi cuerpo, de modo que dejé de ser una Mile súper delgada a una con unos kilos y una talla no vistos antes.
Yo no me daba cuenta de la situación hasta que algún jeans que me gustara mucho me dejaba de quedar, cosa que me generaba frustración, pero rápidamente y emocionalmente avanzaba hasta que llegaba una voz externa a decirme: “¡Mileee! Tiempo sin verte. Chica, pero estás gordita. ¡Jamás pensé verte así!”
Sabes, son ese tipo de comentarios sobre cosas que ya sabes porque te ves en el espejo a diario y que no necesitas escuchar, pero que igual la gente los dice y aunque que los digan no es el problema en sí, la frecuencia de ellos pueden darle una fuerza poderosa a nuestro diálogo interior crítico.
Y ahí sí puede haber un gravísimo problema: en lo que nos estamos hablando repetidamente a nosotras mismas. Lo que le dices a tu mente genera creencias limitantes y patrones conductuales que te llevan a tomar decisiones o acciones que posiblemente no te satisfacen actualmente, pero que quieres hacer para volver a ser la persona que eras antes o la persona que otros esperan que seas.
Ahora veamos por qué tu vida, y la mía, no son tallas únicas:
Hace unos meses atrás tuve la oportunidad de conocer a Eglin Functional, una psicólogo y coach de bienestar que vino a mi buscando un servicio profesional para construir su branding, pero fui yo quien se llevó valiosas lecciones de su historia de vida al poder escucharla y una de las primeras cosas que me dijo fue esta: “no creo en la talla única”.
Y aunque en contexto ella se refería a que no cree que el mismo plan de alimentación, el mismo reto fitness o los mismos sistemas de hábitos funcionen para todo el mundo, yo lo llevé exponencialmente a diferentes áreas de mi vida y es que eso se quedó tan tatuado en mi mente, que ahora se me hace mucho más fácil cambiar creencias que pueden estar generándome una percepción errada del cómo debería vivir mejor mi vida.
Finalmente me siento libre de crear nuevas concepciones en base a lo que funciona para mí, compartirlas, sin imponerlas y creer que a otra persona en el mundo este mindset pueda funcionarle: “mi vida es la talla que yo le ponga”.
¿Qué son las creencias y cómo estas generan patrones conductuales?
Psicológicamente, un patrón de comportamiento es una determinada forma constante o reiterada de pensar, sentir, creer y actuar ante diversos contextos de la vida. En mi caso, mis patrones conductuales en relación al trabajo y al dinero casi acaban conmigo, pero ojo, también existen patrones positivos.
Los patrones se constituyen de 4 componentes:
- Pensamientos y creencias.
- Emociones y sentimientos.
- Conductas y comportamientos.
- Reacciones físicas o gestos.
Ahora bien, ¿recuerdas a la Mile de la que hablé arriba? ¿Esa que trabajaba más de 12 horas al día y que comía cualquier cosa? ¿Qué crees que la pudo llevar a este comportamiento?
Pues te cuento, hace 2 años atrás creía que:
- Mientras más me esforzara trabajando, más dinero ganaría.
- Mientras más fuentes de empleo tuviera, más productiva sería.
- Mientras más proyectos de marca gestionara, más estatus tendría.
- Mientras más cosas como mujer hiciera, más íntegra sería.
- Mientras físicamente me sintiera bien, nada me pasaría.
Todas estas creencias tuvieron su origen en algunas de mis viejas concepciones de la vida, basadas en lo que aprendí al ver a otros, a mis cercanos posiblemente, nacieron en mi diálogo interno, en la voz de juicio, y me llevaron a desarrollar patrones de conducta que se convirtieron en: adicción al trabajo, ansiedad financiera, altos niveles de estrés y presión, 0 tiempo para mí, obsesión por la perfección, búsqueda de reconocimiento y en un deterioro físico silencioso, ¡ah! Y 3 meses continuos de gripe.
Hoy creo que:
- Mientras trabaje eficazmente haciendo algo que me guste hacer y sea yo quien principalmente lo valore (me valore), el dinero vendrá.
- Soy próspera por todo lo que puedo compartir, ayudar y bondadosamente dar a otros.
- Mientras lleve una vida minimalista con acciones efectivas, más productiva seré.
- Mientras elija calidad antes que cantidad, mejores resultados tendré.
- Prefiero ser una smart woman que una superwoman.
- Mi bienestar integral es mi prioridad.
¿Cómo dejar de ser talla única e identificar tu propia talla?
- Hackea tu mente: “vacía la taza”, diría Robin Sharma. Identifica qué pensamiento o estructura conductual te está limitando de expresar algo que quieres decir, de modificar un hábito, de tomar una decisión o peor aún te esté llevando a un sitio oscuro en tu mente de depresión y ansiedad. Cambia ese pensamiento por otro al que te puedas anclar para sentir seguridad.
- Atrévete a crear nuevas concepciones que te hagan sentir que estás viviendo la talla justa de tu vida y que le bajen 2 al volumen de la voz del juicio. Atrévete a vivir distinto si crees que eso está bien para ti.
- Háblate mejor, ten conversaciones contigo misma y dile a tu mente lo que sí quieres ser, hasta que suceda. Cuéntale a tu mente tus metas como si ya las estuvieses viviendo y verás cómo tus emociones, conductas y reacciones mejorarán.
- Date el tiempo para apreciar y agradecer tus momentos e identifica lo que te hace bien para ir desechando lo que no.
- Practica el autocuidado y hazlo como cuidarías a otro ser querido. Verás cómo tu cuerpo lo agradecerá. ¿Cómo cuidarías a un familiar que tenga una afección o imposibilidad? Probablemente harías lo posible para que se sienta motivado, fuerte y sano.
- Y cómo último hack, atrévete a hacer eso que quieres aún cuando te dé miedo: un miedo a la vez solo te hará más valiente, un logro a la vez solo te hará más segura. Hazlo como si nadie te estuviera observando.
En el mundo y en la mente humana hay muchas creencias, unas pueden ser buenas para otros pero no tan buenas para ti, así que remueve todo aquello que te bloquee o estanque en lo personal para que puedas manifestar crecimiento en tus proyectos. Atrévete a identificar y defender lo que te genere bienestar y satisfacción personal sin temor al juicio.
Lo que crees, creas, y esto aplica para tu vida personal, tu negocio, tu marca.
Tu vida tiene su propia talla ❤.
4 respuestas
Magistral, y como anillo al dedo, aún en proceso de cambio y transformación, en cuidarme y amarme a mi misma.
El amor es el principal deber con nosotras mismas ❤
Que PODEROSO, quede muy enganchado, como arrancaste hablando e Talla única, y terminaste vinculando incluso con el miedo que a veces nos paraliza. Gracias por la dosis de realidad, bby!
La vida en analogías es más digerible ❤ ¡Gracias por leerme baby socio!